
11 Abr La necesidad de sistematizar y saber qué es lo que la gente quiere y aporta desde su experiencia
El interés por sistematizar las experiencias se ha incrementado en los últimos años, principalmente en los proyectos dirigidos al desarrollo, derechos humanos, salud, educación, empoderamiento y fortalecimiento de las comunidades, grupos vulnerables, etc. En la actualidad la “sistematización” de experiencias apuntan en cierto modo a recopilar los aspectos más representativos sobre el “proceso” desarrollado por los diferentes “actores” en la consecución de los logros o metas alcanzadas por un proyecto específico. Desde una óptica cualitativa da lugar a que los “involucrados” valoren y expresen sus opiniones sobre las dificultades, los aprendizajes adquiridos y el horizonte que se puede proyectar a partir de esta intervención, oportunidades y riesgos existentes.
Las fuentes de “verificación” en los proyectos suelen ser listados o fotografías y los informes de ejecución hablan de las actividades realizadas en términos del cumplimento de los resultados, es decir de cobertura; poco hablan de los aprendizajes sustantivos para el proyecto, los beneficiarios, sus implementadores, donantes o inversores.
Para sistematizar las experiencias se requiere ordenar la información, categorizarla y describirla. El primer elemento clave es realizar además un ejercicio compartido y reflexivo sobre los factores internos o externos que afectan positiva o negativamente la evolución de la intervención y extraer de allí conclusiones sustanciales para la permanencia, el fortalecimiento o reorientación de proyectos similares, o de aquellos que brinden una mayor transformación y mejoramiento de las condiciones de las comunidades o instituciones.
La sistematización va más allá de la gestión y la revisión documental y este es el segundo elemento clave a la hora de definir lo que se pretende sistematizar. La sistematización no es sólo la revisión de los documentos que evidencian los avances del proyecto, tampoco es reconstruir el archivo de soporte documental del proyecto, como bases de datos u otros informes de interés; suele suceder que se confunde la sistematización de las experiencias con la “documentación” o gestión documental que debe tener cada proyecto en su interior, en otras ocasiones ocurre sobre formatos o instrumentos construidos que no han tenido continuidad ni validez en la ejecución del proyecto.
Todo esto es fundamental, pero no es sistematizar experiencias
Si bien realizar una buena gestión documental es un elemento clave para la adecuada ejecución y éxito de un proyecto, la sistematización de experiencias va más allá de esto. Lea una de nuestras experiencias.
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